El interiorismo corporativo en la empresa
La arquitectura e interiorismo corporativo no se debe entender como el simple lugar donde se realiza un trabajo.
5 aspectos fundamentales en el interiorismo corporativo
1) El punto de contacto
Quieras o no el local comercial es el mayor y más decisivo punto de contacto entre el cliente y la marca. Decíamos en aquel artículo que «un espacio comercial es aquello que se interpone entre un empresario y su cliente», y es que el interiorismo corporativo en el punto de venta no solo es la herramienta perfecta para atraer a tu target, sino que es el lugar donde se juega el partido decisivo, la final donde se decide el vencedor, el todo o nada.
En el punto de venta ya no sirven las transacciones satisfactorias, eso se puede lograr a golpe de clic o en la competencia, el consumidor busca experiencias memorables. Soy consciente de los excesos que estamos cometiendo con este concepto, hasta el punto, incuso, de banalizar su valor, pero se puede, y se debe, buscar la excelencia experiencial en el punto de venta. Es el único camino.
2) El mensaje
Dado que el espacio comercial es uno de los puntos de contacto con mayor peso en el último tramo de una decisión de compra, es fácil deducir que esa contundencia radica en el mensaje que seamos capaces de transmitir a través del diseño interior.
Un interiorista comercial no es más que un comunicador, traslada al consumidor un mensaje generado por el empresario. Captamos información corporativa propia, la analizamos, ponderamos el posicionamiento de la competencia y traducimos los inputs en una definición física a la que llamamos espacio comercial, pero que realmente está cargada de sensaciones, emociones e intangibles que persiguen un único objetivo, comunicar en pro de la optimización del negocio.
3) La diferencia competitiva
Decía Roberto Goizueta, ex consejero de Coca-Cola, que
«si las tres claves en bienes raíces son ubicación, ubicación, ubicación, las tres claves en bienes de gran consumo son diferenciación, diferenciación, diferenciación»
Te dediques a lo que te dediques, dada la situación actual, es muy probable que tu sector esté saturado o en vías de saturarse. Por tanto este concepto es perfectamente válido para todos, y me atrevería a decir que vital.
«O eres diferente o eres barato», suele repetir el gurú del marketing Guy Kawasaki. Y la diferencia empieza y termina en el punto de venta. No puedes pretender lanzar un mensaje diferente y que «tu rostro», la parte más visible de tu empresa, parezca (solo) un rostro más entre miles.
4) Orientación al cliente
En ocasiones nos olvidamos del que manda realmente en una empresa o marca. No es el fundador, el CEO o el propietario. En un negocio mandan los clientes. Por tanto, como diseñadores comerciales, no trabajamos para el empresario, que en realidad es nuestro cliente, trabajamos para su cliente, es decir el consumidor final del espacio comercial que proyectamos.
¿Y esto cómo se traduce? En que no importan los gustos y preferencias del empresario, ni las tendencias, ni las modas. Todo ello debe ser tenido en cuenta pero prima el consumidor, sus gustos y preferencias. Si el consumidor es joven y gusta de obtener notoriedad y visibilidad no diseñaré un espacio íntimo; del mismo modo que si busca intimidad no «abriré» el espacio —lamento la simplicidad del ejemplo, pero es necesaria.
5) Funcionalidad
Podría haber incluido en este artículo la estética como factor fundamental, y sin duda lo es, pero como es tristemente habitual que los requerimientos estéticos arrinconen a otros de mayor importancia, o al menos la misma, he preferido destacar la funcionalidad, que, dicho sea de paso, suele perder injustamente esta batalla.
A veces el interiorista se pone en la tesitura de ponderar o elegir entre estos dos atributos: estética vs. funcionalidad. Esto es un error. No debemos elegir, ambos son primordiales y posibles.
De la misma manera que no podrías elegir entre dos hijos tampoco debemos tomar este tipo de decisiones como diseñadores. Si nos vemos en esa tesitura es que el proyecto no está suficientemente maduro, debemos darle otra «vuelta», siempre hay solución.
Fuente: 10decoracion.com
Autor: Iván Cotado (interiorista especializado en diseño de interiores comerciales y ocasionalmente docente, conferenciante y blogger)